La cereza es una fruta de temporada de principios de verano, muy sabrosa y jugosa, con bajo contenido en grasas y alto contenido en agua (85%). Rica en vitaminas, es una importante fuente de hierro, calcio y fósforo, con alto poder antioxidante que la convierte en la fruta de la eterna juventud.
El Bierzo es tierra de cerezos, donde se dan diversas variedades, todas ellas de gran calidad y sabor. Desde las cerezas más tempranas tipo Burlat, variedades de media estación como la Starking o las cerezas tardías tipo Monzón. En la comarca destacan 3 zonas para el cultivo de la cereza: la zona del Burbia, en la zona de los Ancares; la zona del Cúa, a la vera del río Cúa; y la zona del Oza, donde predomina la presencia de cerezos y castaños.
Es un fruto delicioso pero a la vez muy delicado y perecedero. Su recolección debe realizarse con sumo cuidado, siempre de forma manual y manteniendo íntegro el rabo de la cereza, seleccionando el fruto que esté en perfecto estado y con el grado óptimo de maduración.
La Marca de Garantía Cereza del Bierzo ha sido la última en sumarse a los alimentos de calidad del Bierzo con certificación. Dicha marca identifica y protege las frutas de la comarca que cumplen con los requisitos establecidos en su Reglamento, y es titular de la misma la Asociación Berciana de Agricultores (ABA).
La cereza es una fruta roja, carnosa, muy apreciada por su sabor y múltiples beneficios para la salud. Su consumo principal se realiza en crudo, como fruta fresca, pero es perfecta para la elaboración de infinidad de recetas, gran parte de ellas postres, ya que combina a la perfección con queso, chocolate, crema pastelera…