Como testigos impasibles del paso del tiempo, permanecen en el municipio diversas especies de árboles centenarios, monumentos naturales protegidos que bien merecen una visita.
Especie mística y sagrada para los celtas, el Tejo de San Cristóbal de Valdueza supera los mil doscientos años de antigüedad. Su imponente porte mide casi quince metros perimetrales de altura y su tronco cerca de los cinco metros. Situado a la entrada del pueblo, protege su antigua iglesia hoy convertida en cementerio.
Durante años la encina fue uno de los árboles predominantes en el municipio. Infraestructuras, incendios, talas y cultivos intensivos mermaron considerablemente su presencia. Actualmente protegida, la Encina de San Blas situada en el pueblo de Campo, se eleva hasta los catorce metros.
En Compludo, aferrados en su empinada ladera, encontramos un majestuoso Soto de Castaños con árboles de troncos retorcidos y formas caprichosas. Sus perímetros son superiores a los ocho metros.
Ya en Ponferrada, en la Casa de los Escudos o actual Museo de la Radio Luis del Olmo, podemos disfrutar del malva colorido de la Glicinia a partir de primavera. Centenaria planta trepadora que lleva acompañando a la ciudad durante más de un siglo.
Igualmente hermosos e imponentes, están catalogados como árboles monumentales y protegidos en el municipio de Ponferrada: la nogal del Tío Eusebio en Espinoso de Compludo, el evónimo o bonetero de Rimor y el cedro de California o Incienso en la finca Valdés (Ponferrada).